La hora prevista de comienzo se vio afectada por los relojes que no se acompasaron y por una manida costumbre de llegar tarde.
De a poco, uno a uno fueron llegando los casi 20 asobaqueros a su asamblea, que no era la primera ni será la última de esta asociación, que crece en cantidad y busca concretar avances sustantivos.
Entre chorizos horneados en bella unión, algún sandwiche olímpico, arrollados varios, empanaditas de carne, tartas vegetales, pasta frola, mate, vino y refresco, se evaluaron las cosas positivas y las que hay que mejorar. La coordinación de los pedidos, el vínculo con los productores, la situación financiera, una propuesta de financiamiento solidario y el nuevo logo fueron parte de un menú exquisitamente preparado y participativo, en un inmejorable escenario: el salón de fiestas de la CO.VI.M.T. 9 (cooperativa de viviendas integrante de FUCVAM que solidariamente aportó el lugar para el evento).
No todas fueron rosas, algunos y algunas compas faltaron a una cita importante con el presente y futuro de ASOBACO, habrá que mejorar este aspecto para la próxima, para pasar de la virtualidad a la relación y de esta a la acción.
Porque como se dice por ahí: consumimos para vivir y no vivimos para consumir...
La barra en el fragor de la Asamblea, tomándose todo... con mucha seriedad
Y si bien por supuesto que hubo momento para la diversión y el intercambio...
...las horas de charla y la panza casi llena empezaron a ejercer sus efectos...
Las propuestas de logo dijeron presente, con variados e interesantes aportes
Lo que generó una no poco discutida definición por parte de la asamblea
A los fotógrafos casi no le dieron tiempo ni para registrar el menú... parece que el cambio horario, además de llegadas tarde, produce un hambre bárbara...
Y por supuesto, al cierre nos mantuvimos fieles a los más caros principios asobaqueros respecto a preservar el ambiente para las generaciones futuras